Amigurumis con «ángel» que enamoran ✨

Todos tienen ese «toque» misterioso que hace que los quieras mirar más de una vez; no es porque sean super difíciles de realizar, no es porque sean super originales y divinos, no se trata de técnica o de arte, sólo transmiten lo que sus creadoras han deseado, su alma.

No es fácil hacerlo queridas mías… ya os digo que en muchísimas ocasiones repetimos amigurumis y no terminan de llenar ese vacío, sólo vemos lo bien que nos han quedado, lo perfectos que están los puntos, los aumentos y disminuciones, lo acertado de la combinación de colores… y de repente, uno destaca de entre todos… No hemos cambiado nada, hemos hecho lo mismo que con los demás, entonces… ¿por qué éste en particular se ve más bonito, más llamativo, más atractivo y adorable? … ya os lo he dicho, porque en «ese amigurumi» hemos puesto el alma entera… y eso, queridas y queridos, se nota en el resultado final…

Cuando nos enfrentamos a un nuevo proyecto nos preocupamos de la calidad del resultado y en ocasiones, un producto con más fallos, con menos perfección resulta infinitamente más atractivo que el que está perfecto. Tiene sentido, en la naturaleza ocurre lo mismo, a veces una flor es «especialmente bella» y está rodeada de miles iguales a ella, pero no es verdad, ésta flor es diferente, nos atrapa la mirada y nos conmueve. En el mundo de los Amigurumis ocurre lo mismo, no es perfección lo que consigue emocionarnos, es el alma del artesano o de la artesana, su espíritu, su corazón… eso es lo que convierte un trabajo correcto en sublime.

Sed sublimes queridas y queridos míos!!

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